Blow Out, el extraordinario thriller con un John Travolta roto
Su vida era un contraste de emociones en 1981. Frente a los ojos del mundo, John Travolta era un apuesto joven actor que había llegado a la cima de la fama con Saturday Night Fever (Fiebre de sábado por la noche, 1977) y Grease (Vaselina, 1978). Se había convertido en el ídolo de una generación; los varones querían ser como él y las mujeres soñaban despiertas con un beso de su parte. Pero en su soledad, Travolta era un hombre con el corazón destrozado.
Después de esas dos películas que lo catapultaron al estrellato, el actor fue elegido por Brian de Palma para protagonizar Blow Out (Estallido mortal), una historia que nada tenía que ver con baile y canciones. Interpreta a un técnico en efectos de sonido que trabaja dentro de la industria cinematográfica y de manera fortuita es testigo de un accidente en el que muere un candidato a la presidencia de Estados Unidos.
Mientras que la crítica aplaudió el filme, el público no le dio la recepción esperada. Fue un fracaso en taquilla. Eso impactó para que de forma repentina se fuera en picada el inesperado éxito de Travolta. Sin embargo, en esta película el actor transmite un sentir especial que se aprecia de inmediato en su mirada. Más allá del personaje, John era él mismo mostrando la tristeza que arrastraba desde 1977, año en que falleció su novia, la actriz Diana Hyland.
El cáncer de mama acabó con Hyland, quien estuvo acompañada por Travolta hasta el último momento. La muerte los separó después de mantener una relación muy criticada por prensa, público y sociedad debido a que ella era 18 años mayor que él. Así, al proceso doloroso que implicó la enfermedad y el escarnio social, se sumó la partida de su gran amor. El actor quedó devastado.
Por preparar de manera exhaustiva sus personajes para Saturday Night Fever y Grease, no se dio el periodo de luto correspondiente. Pero en el thriller Blow Out, si uno observa con detenimiento minucioso su rostro en las secuencias finales de la película, si no es que en todo el filme, el dolor que emana su personaje es natural, descriptivo de lo que era Travolta en ese lapso de su vida. No es menor que ese sentimiento aflore como consecuencia de sufrir una pérdida femenina en la trama, es decir, la muerte de la chica interpretada por Nancy Allen. Extraño, casual o mágico, el cine tiene la cualidad (o el defecto, según sea el caso) de empalmar la realidad con la ficción en algunas ocasiones.
La credulidad en la actuación de Travolta termina por ser redonda con esas miradas finales de un tipo derrumbado y desconsolado que enfrenta un doble duelo: uno en la pantalla y otro fuera de ella. Le vemos deshecho, atormentado por no haber podido salvar a Nancy Allen, pero de fondo su pena está en la ausencia de Diana Hyland, de quien no había tenido tiempo para asimilar su partida y a la que tampoco pudo salvar.
Blow Out -un extraordinario thriller castigado por el desprecio en su época- cobra el valor que merece con el paso del tiempo. No solamente permite honrar y reconocer a Brian De Palma como uno de los mejores cineastas de su generación, sino también a Travolta como actor. En este filme brinda posiblemente la mejor interpretación de toda su trayectoria. Una interpretación sostenida en la contención de un hombre consumiéndose por dentro, roto en sus entrañas.