No es por gusto, un recorrido por la prostitución en el México ochentero

Elías Leonardo Salazar
3 min readJun 15, 2023

--

No es por gusto, de María del Carmen Lara y María Eugenia Tamés (Foto: FICUNAM)

Cien Caras se había coronado por primera vez campeón nacional de peso completo en la lucha libre. Fernando Von Rossum y Jorge Berry narraban los partidos de la NFL en español. Funky Town, de Lipps Inc., se escuchaba en la radio como un hit musical en inglés. En la cultura popular del baile y el trago festivo mandaba La cumbia de la cadenita, de la Sonora Dinamita. Los templos de la vida nocturna eran Mocambo, Caballo loco, San Francisco, El ratón y Molino rojo. Los hoteles Occidente y Toledo eran catedrales de la pasión desenfrenada por un ratito.

Esa viñeta de lugares, personajes y sonidos construyen el contexto del antiguo Distrito Federal en 1980, año en que se filmó No es por gusto (1981), documental de María del Carmen de Lara y María Eugenia Tamés. Igualmente complementan con otros elementos el entorno de las protagonistas de esta historia: café soluble Oro, refrescos Lulú, jabón Nordiko. Todo este mosaico de detalles se hila conforme transcurre la película. Todos ellos nos dicen algo sobre lo que se cuenta.

La dupla Lara-Tamés entrega un poderoso documento fílmico acerca de la prostitución en la ciudad, especialmente en el perímetro del Centro Histórico. Se trata de una exploración a la entraña del trabajo sexual con una serie de entrevistas efectuadas a sexoservidoras dispuestas a compartir sus experiencias y abrir las puertas de sus hogares para ampliar la información del fenómeno y las historias detrás de él.

Contrario a los estereotipos mostrados por las ficciones mexicanas con mujeres vestidas en cortos atuendos, parafernalia en su maquillaje y calzado de tacón alto, las protagonistas de esta obra visten al igual que lo hacía cualquier civil de aquel entonces: pantalón, playera, tenis. Su apariencia es una primera lectura que cobra valor porque nos aleja de la imagen estigmatizada que se tiene de ellas en las narrativas de contenidos audiovisuales.

Las entrevistadas son mamás, cada una con su respectivo dolor pasado en relaciones con hombres que se marcharon dejándolas con la responsabilidad de sacar adelante a sus crías. “Lo hacemos por necesidad”, matiza una de ellas con rencor y resignación para ahondar en la explicación de sus motivos. “No es por gusto”, afirma otra al referir las condiciones que debió afrontar para tomar la decisión de prostituirse. Coinciden en un punto de inflexión: velar por sus retoños.

El problema viene cuando no pueden estar atentas a los menores. Y es allí donde interviene en su perjuicio una figura terrible en la vida contemporánea de México: la policía. Los uniformados recurren a violentarlas para exigirles una cuota que no están dispuestas a pagar, por lo tanto son golpeadas y encarceladas recurrentemente como castigo, situación que ellas prefieren vivir antes que ceder a las presiones. Por tal motivo construyen redes de apoyo en sus círculos para que se les ayude con el cuidado de los menores mientras cumplen con las penas impuestas.

No es por gusto concede además la posibilidad de asomarnos a cuestiones que generan reacción inmediata en el espectador dada la distancia temporal. Preguntas y reflexiones son necesarias para dilucidar qué ha cambiado y qué no desde entonces. ¿Qué función tienen los juegos de feria al exterior del reclusorio femenil? ¿Continúa expediéndose un carnet de salubridad para ejercer con menos riesgo el trabajo sexual? ¿Hasta qué punto puede ser tomada en cuenta la opinión de una directora de un reclusorio femenil para ingerir en las normas de conducta de los ministerios públicos en su trato hacia las prostitutas? ¿Cuál es el valor de la enseñanza y la alfabetización al interior de un penal? ¿Qué tan humana puede ser la relación de un médico con las presas que ejercen la prostitución? ¿Y la religión dónde entra?

Que afloren preguntas es pertinente. María del Carmen de Lara y María Eugenia Tamés lo propician con un recorrido que esquiva el melodrama y el sensacionalismo para dejarse llevar por el humor y la ternura que sus protagonistas emanan, no por ello menos crudo el fondo de lo relatado. Esa naturaleza respetada de sus personajes dota de sentido humanístico a mujeres que ponen en la mesa una temática compleja que atañe a toda una sociedad hasta la fecha.

*Cobertura FICUNAM 13

--

--

Elías Leonardo Salazar
Elías Leonardo Salazar

Written by Elías Leonardo Salazar

Me gusta vivir. Disfruto de cazar y sentir historias para contarlas.

No responses yet