Palabritas y estornudos para el corazón

Elías Leonardo Salazar
3 min readApr 20, 2019

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Foto: Elías Leonardo

PALABRITAS

Otra vez, para no variar, llegó enojada. Así ha sido la tónica de su existir en estos últimos cuatro meses. Se le da con facilidad eso de encabronarse. Vaya, ha desatado el rasgo de mecha corta. Sus corajes son duraderos y agresivos para su propia estabilidad. Desde que cambió de trabajo vive al borde del llanto provocado por la furia; insomnio y mala alimentación, hábitos molestos en su rutina que la tienen alterada.

Si no es porque “la vieja de recursos humanos es un hígado” es porque “la asistente del director me hace la vida de cuadritos”. Por una u otra razón, fuere cual fuere, se desquicia. También ve enemigos por todas partes, hienas dispuestas a devorarla así nomás porque sí.

Hoy he retornado a casa luego de un mes tras haberme pedido que me marchara porque necesitaba estar sola. Hoy vuelvo a estar tomando café en nuestro comedor mientras ella se desahoga. La verdad es que su novedosa faceta de enojo, es decir, el arribo a una circunstancia desconocida, nos agarró en curva a ambos.

-Ya te extrañaba.

-Yo también. Tranquila, mi amor, todo va a estar bien.

Me levanto de la mesa para servirle más café. Alcanzo a observar que esboza una ligera sonrisa, a lo que correspondo con una sonrisa más grande. Haber dicho que todo va a estar bien fue complemento de los besos y abrazos que necesitaban de unas palabras que se tardaron cuatro meses en aparecer.

Le hacía falta escucharlas. Me hacía falta pronunciarlas.

ESTORNUDOS

Señorita, si usted me lo permite, me encantaría poder decirle lo que siento por usted, sin embargo, sé que sus oídos no son para mi habla. Sé que sus ojos no son para mi expresiva timidez. También sé que no es dañino escribir dejándole la sana posibilidad de leerme o no.

¿Tiene usted idea de lo que significa contener la respiración para no delatar al alma? ¿Sabía que cada estornudo suyo es el suspiro de alguien más? Usted estornuda mucho, y yo suspiro bastante. Pequeño detalle: sus estornudos pueden tener diferentes autores. ¿Y mis suspiros? Mis suspiros solamente la tienen a usted.

He visto sus lágrimas recorriendo el camino de sus penas, inundando su piel. He escuchado cómo le cambia de nombre al amor con frecuencia; a veces tiene apellido, en ocasiones apodos, otras tantas unos cuantos insultos. He presenciado las explosiones de su personalidad de un extremo a otro, desde sonreír llena de alegría porque se compró los zapatos de su gusto hasta despreciarse a sí misma en la resaca luego de una noche caótica. ¿Acaso se ha visto sonreír frente a un espejo? Debería, así comprendería mis días mirándola en foto cuando prolonga su ausencia.

Quisiera continuar, contarle lo que he soñado e imaginado para acercarme a su persona, para hacer de su conocimiento lo mucho que la… Perdone que lo deje hasta aquí, pero es que usted ya se asoma y vuelvo a ponerme nervioso. He de contener la respiración.

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Written by Elías Leonardo Salazar

Me gusta vivir. Disfruto de cazar y sentir historias para contarlas.

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