Permítame invitarla al cine
Hoy me acordé de usted, de mí. De usted, principalmente de usted. Ahí estábamos, estuvimos.
Recordé que antes de entrar al cine inventábamos la película con lo que creíamos iba a pasar. Cuando salíamos de la sala, a veces abrazados, y en ocasiones sin decirnos una sola palabra, reinventábamos la vida a partir de lo que habíamos visto. Reíamos bastante por descubrir que nada de lo que imaginamos sucedió en la pantalla. Ah, ¡qué placer hacerlo a su lado!
Usted se sentía Jennifer López introduciéndose en la mente de un asesino en estado de coma para saber dónde está atrapada su víctima. Mientras comíamos tacos, hablaba o se comportaba como el personaje de JLo en The Cell. Al dejarla en la puerta de su casa, feliz por saber que al día siguiente volveríamos a vernos, asumía la personalidad de Denzel Washington para pronunciar una arenga como el coach del equipo universitario en Duelo de titanes. Nos gustaba imaginar, jugar juntos.
Bueno, le comentaba que volví a acordarme de usted, claro, y de mí. ¿Sabe por qué? Porque el otro día encontré una foto en la cual aparecemos carcajeándonos después de casarnos simbólicamente en una fiesta. Las cosas como son: nos veíamos contentos uno con el otro. Lo éramos, lo fuimos.
Oiga, me atrevo a proponer una escapada al cine como lo hacíamos antes. Lo sé, hemos envejecido, no porque lo diga la edad, sino por lo que dictan las ocupaciones que tenemos y que difícilmente permiten reinvenciones dados los compromisos que decidimos adquirir luego de no volvernos a ver. Vaya, el devenir de los años. Esos años que, para mi intriga y congoja, le han borrado la sonrisa y el rostro alegre que por más de 24 meses conocí.
Es probable que al salir de sala, trátese de la película que se trate, sin importar el género, nos reinventemos con un beso, un simple beso. Uno como el que se dan Julia Roberts y Hugh Grant en Notting Hill. Sí, en esa misma película que nos hizo discutir porque consideré que era demasiado ñoña. Bueno, aquí estoy sujetándome de ese título para corregir mi opinión, pero a besos. Uno por lo menos. Usted dice.
